Caramelo y las barberías en Cabaiguán (Por Deisy Martín)


Cuenta la mitología griega que el rey Midas podía ocultar sus inmensas orejas a todos, menos a su barbero y éste que le pesaba tanto aquel secreto lo escondió en un agujero hecho en la tierra; cuando el viento soplaba sobre las cañas que crecían en el agujero, éstas repetían y repetían la historia.

Interesante resulta saber que en el aura del barbero se recoge que éstos son guardadores de secretos, como parte de la tradición, como el médico o como el sacerdote al guardar todo tipo de confidencias a sus clientes.

El oficio de barbero se pierde en el tiempo donde era dignificado con el título de profesión.

Barbero y Cirujano

Los más antiguos diccionarios de la lengua castellana dicen que barbero es el que tiene por oficio afeitar o hacer la barba y llámese también sangrador porque desempeñaba además esta profesión.

Efectivamente, ocurría que este profesional también practicaba la cirugía, controlaba las hemorragias, realizaba sangrías y extracciones molares.

En la antigüedad existía el peluquero que comprendía no sólo el arreglo del cabello natural, sino la fabricación de postizos y pelucas de donde tomó el nombre este oficio.

El establecimiento donde realizaba su labor se distinguía por un poste con banderola donde el barbero-cirujano colgaba los paños o vendas y debajo una vasija que recogía la sangre que goteaba; si las vendas que pendían eran rojas indicaban que el profesional estaba practicando una cirugía, si eran totalmente blancas se aducía que estaba desocupado. A los cirujanos propiamente dichos, se les prohibía pelar y afeitar, aunque con el transcurso del tiempo ambas actividades se separaron y el barbero dejó de practicar la medicina y se dedicó a su verdadero oficio.

Caramelo de barbería

Se dice que fue en Francia donde se colocó por primera vez la banderola para identificar la barbería. Ésta lucía sólo tres colores: rojo, blanco y azul que coincidían precisamente con los colores de la bandera francesa. Con el transcurso del tiempo este emblema devino en un cilindro giratorio, con los tres colores y desde entonces es la identificación de las barberías en casi todo el mundo. Este emblema es de uso internacional y data desde la Edad Media. Se infiere que la banderola o poste fue bautizado como caramelo por su gran semejanza con la listeada barrita dulce que con deleite saboreamos grandes y chicos.

El nacimiento de las barberías en Cuba

En Cuba, la primera licencia de barbero aparece registrada el 26 de agosto de 1552, otorgada al señor Juan Gómez.

La barbería fue, desde sus inicios, lugar obligado de hombres. Mostrarse bien pelado y afeitado era requisito indispensable para cualquier caballero.

Los primeros barberos iban a trabajar de cuello y corbata, aunque después buscando la comodidad pasaron a las batas blancas, primero de mangas largas y cortas con posterioridad. Sin lugar a dudas la apariencia del barbero resulta determinante para ejercer su profesión y hasta para ganar su clientela, pues el trabajo exigía tocar el cabello de las personas, acercarse a ellas y por tanto debía estar limpio y arreglado.

A inicios de su creación, las barberías eran a su vez centros de diversión y fuente de noticias, además de alguna que otra discusión política, incluso algunos barberos, temiendo que peligrara su negocio, ponían fin a cualquier comentario comprometedor que surgiera entre la clientela. El ambiente debía respirar quietud y atracción. Casi siempre en el establecimiento se podía escuchar música para entretener a los clientes mientras esperaban su turno.

En Cuba al igual que en otros países surgieron y aún se mantienen las necesarias barberías.

Barberías de Cabaiguán

Refiriéndonos a Cabaiguán antes de 1959, las barberías estaban situadas, generalmente, en las calles más céntricas del pueblo, sin embargo ninguna tuvo la identificación del caramelo tricolor. Según los testimonios del barbero Ramón Pérez Pérez y de Enrique Broche Monteagudo, un gran conocedor de la historia de Cabaiguán, en este poblado las barberías más notorias de la época eran: La de Juan Mesa que tenía tres sillones donde trabajaban el propio Juan Mesa, Everardo Ruiz y Mongo y que estaba situada a un costado del bar Gallito, mientras que en la acera del frente y sin mucha competencia había otra de tres sillones, teniendo como barberos al mismo dueño llamado Antonio Vega y otros dos empleados nombrados Onelio y Armando.

En la Calle Natividad un hombre conocido como Carlos “el Cojo” tenía su propia barbería y era el único que cobraba 40 centavos, mientras en los demás establecimientos se cobraba 80 centavos por el corte.

En la Calle Valle, principal arteria del poblado, existieron otras dos barberías: la de Mena que era la más grande y quedaba frente a la “Casa Samuel” en esa barbería la que trabajaba el propio Mena, un mulato de apellido Mora, y dos barberos más que cada uno se llamaba Paco. Este establecimiento continuó prestando sus servicios en el mismo lugar hasta bien entrada la década de 1980.

La otra barbería de la calle Valle era la de Alberto “Tijeritas”, la misma estaba situada en la casa No. 67.

El oficio de barbero, tan necesario en todos los tiempos, era ejercido además por otras personas que no poseían recursos para establecer su propia barbería, por lo que practicaban su labor en el domicilio de los clientes que por una razón u otra no podían o no deseaban ir a las barberías, transformándose por ello en barberos ambulantes.

A comienzos de la década de 1970, se ubicó una barbería conocida como “El Consolidado” en la Avenida Sergio Soto (otrora calle Valle) entre Avenida de la Libertad y Agramonte. El local era espacioso, con aire acondicionado, amplios espejos y ocho sillones donde laboraban barberos de ambos sexos y fue precisamente en este local donde por primera vez se instaló en Cabaiguán el caramelo tricolor. En la actualidad y precisamente en esta Avenida se ha instalado un espacio para atender a personas de ambos sexos en cuanto al arreglo del cabello.

Se ofrecen servicios de peluquería, facial, manicuri y pedicuri, además de barbería, aunque en el resto del poblado este oficio está diseminado en pequeños espacios que cada barbero ha condicionado de acuerdo con sus posibilidades, siguiendo el ritmo de la moda y la exigencia del gusto de cada cliente. Entre estos locales se distinguen la barbería de Mongo en la intercepción de la Avenida Sergio Soto y Bartolomé Masó; Adalberto en calle Ampliación de Céspedes, Manoli, en calle Manuel Brito (final), Graña en calle F y Masó en el reparto obrero y Felipe en la Avenida Camilo Cienfuegos.

Los cabaiguanenses no se niegan a la modernidad y al confort, pero desean proteger todo lo inherente a su patrimonio cultural por y se pretende colocar el tricolor caramelo, que restaurado y brillante sólo espera que manos amorosas lo coloquen en el portal del centro de Salud y Belleza para desde allí, iluminar con sus fulgores este nuevo milenio.

4 comentarios:

  1. Vendo caramelos, simbolos para peluqueria, giratorio.

    El tradicional letrero de bareria o peluqueria.

    Informes:
    pro_elect@yahoo.com.mx

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  2. Entré a internet buscando información acerca de la historia del emblema de los caramelos en las barberías, y aquí lo encotré... muy interesante.

    Saludos desde México.

    Alma

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  3. http://youtu.be/oqFP-0LY5gU

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